Uno de los errores más comunes al comenzar en las redes sociales es publicar sin tomar en cuenta los resultados. Muchas marcas enfocan sus esfuerzos en crear contenido en lugar de evaluar si la estrategia está siendo efectiva.
Es importante recordar que venimos de un modelo tradicional unilateral en donde las marcas siempre tenían la última palabra en cuanto al manejo de su comunicación, basándose en estudios de mercado, que no necesariamente representaban la totalidad de los consumidores. Sin embargo, las redes sociales han cambiado la forma de medir el impacto de una campaña y por lo tanto las ventas.
Actualmente, el cliente tiene más participación y a través de sus comentarios, likes y otras herramientas de medición podemos saber si el contenido está siendo de valor para él. Por lo tanto, la revisión constante de los resultados de una campaña es vital para que el negocio corrija su estrategia a tiempo, en caso de que no se estén cumpliendo los objetivos trazados.
Ahora bien, la auditoría de redes sociales no solo se reduce al estudio de las estadísticas que arrojan las publicaciones que se realicen en las diferentes redes sociales, sino que también involucra el branding de la marca. Elementos claves como:
El avatar: ¿El diseño del logotipo se adapta al tamaño, es legible? ¿Se destaca de la competencia? Muchas marcas tienden a colocar el logotipo igual en todos lados, sin adaptarlo a cada tamaño. En caso de que no sea legible en tamaños pequeños es recomendable crear una versión que no pierda la perspectiva de la marca y se adapte a los espacios de la red social.
La descripción del perfil: ¿Proyecta los principios de la marca? ¿Es entendible? ¿Los enlaces a dónde redirigen? ¿Sirven de apoyo para el cliente? Son preguntas que la marca siempre debe realizarse. El tener enlaces equivocados o caducados pueden afectar la experiencia del cliente y en consecuencia perjudicar las ventas.
El nombre de usuario: Muchas marcas cometen el error de tener diferentes nombres para cada red social, ya sea por falta de disponibilidad o por descuido al momento de crearlas, lo que puede ser confuso para los usuarios al momento de buscarla. Por tal razón, se debe procurar mantener el mismo nombre en las diferentes redes sociales con el fin de que sea fácil conseguirla.
Diseño/Imágenes de las publicaciones: ¿Las imágenes son adecuadas? ¿Reflejan la identidad de marca? Por más que exista la necesidad de tener un mayor alcance, no se puede perder nunca los principios de la marca. Antes de comenzar a publicar es aconsejable consultar con una agencia de marketing digital, quienes a través de su experiencia pueden ayudar a definir la paleta de colores, los tipos de imágenes y el estilo de tipografía más recomendable para la marca. Esto permitirá tener uniformidad en el mensaje y por lo tanto un mayor impacto en la comunicación.
Atención al cliente: ¿El número de contacto está correcto? ¿El cliente recibe la respuesta rápida o pasa mucho tiempo en ser atendido? Este punto es sumamente importante porque las redes sociales se convierten en el primer eslabón de contacto, por tanto es aconsejable tener una persona que cuente con las habilidades necesarias de atención. De igual manera, es importante incluir dentro de la estrategia, herramientas tales como el chatbot que favorezcan una respuesta inmediata.
Antes de comenzar a publicar es fundamental asesorarse con profesionales expertos en la materia, tal como son las agencias de marketing digital, quienes pueden brindar una mayor orientación y crear una estrategia efectiva en base a los objetivos de la marca.
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